sábado, 30 de julio de 2016

A LOS MISERABLES TRAIDORES QUE ABANDONARON EL FPV.

Cuando ganó Macri nos consolamos diciendo: Bueno, tenemos el parlamento y 16 provincias nuestras, dese allí podemos evitar que el presidente haga lo que quiera y además podemos recomponer fuerzas para ganar en 2017 y 2019.

Con esa lógica podíamos sentir que no habíamos perdido, podíamos pensar que hasta era bueno haber perdido parcialmente el gobierno porque eso nos obligaba a revisar lo actuado para volver mejor.
Pero como la lógica es una creación humana y como tal falible, por eso algunos temíamos algo que pocos nos animábamos a decir. Ese temor era la desconfianza de la lealtad de nuestros diputados y senadores, pues sabemos que muchos de ellos son oportunistas y acomodaticios.

Podríamos decir ahora: Es la profecía autocumplida. De allí cabe preguntarse: no debíamos temer lo que al final sucedió?
Por mi parte me atrevo a afirmar que teníamos razones para desconfiar de nuestros políticos, porque la historia nos muestra de manera contundente que la mayoría de los hombres de la política burguesa no tienen principios, no los tienen y hasta se los podría justificar, porque en el sistema político capitalista la democracia está subordinada al poder económico financiero y ese mismo poder no permite jamás perder un ápice de su poder y para ello solo puede permitir una democracia condicionada.

Cuál es la condición? La condición es mantener intactas las clases sociales, es decir, las tres clases sociales: La Baja (pobres), la Media (casi pobres) y la Alta, los ricos, los que mandan, los que ponen las condiciones.
De allí que la mayoría de los políticos toman la política como una profesión, un medio de vida. En virtud de ello proceden conforme las circunstancias, de manera que su “profesión” no corra peligro.
Desgraciadamente, todos los que tenemos unos cuantos años conocemos esta mecánica y, por más que queramos ser optimistas, nos invade la desconfianza.

Hoy la realidad nos muestra que esos políticos “profesionales” estaban dentro de la fuerza política que apoyamos y que eran oportunistas carentes de principios y, por ende, traidores. Así, por ellos, vemos como somos derrotados y quedamos impotentes y muy disminuidos para restablecer el poder en los tiempos deseados, poder que fuera conducido por nuestra Jefa Cristina Fernández de Kirchner.

Es muy triste ver como nos gana lo peor de nosotros, es como decir, la confirmación de estar destinados a ser perdedores eternos.  Por eso es imperioso rebelarse a la propia experiencia y resistir hasta ver correr nuestra propia sangre si es necesario, pues es la única manera de honrar a los que cayeron luchando contra ese poder depredador que  consume a la mayor parte de la humanidad aprovechando la cobardía de los sumisos.

Los que tenemos principios basados en la necesidad impostergable de pelear por la justicia social, la soberanía política y la defensa de la patria tenemos la obligación de luchar y apoyar a la vanguardia que lucha por la misma causa. Tenemos que nutrirnos de la fuerza que abandonan los cobardes y el ejemplo de los valientes.

Después de treinta años volvió a nuestro país un gobierno que le mejoró la vida al pueblo, que fue restableciendo gradualmente  la justicia social, la soberanía política y el respeto a nuestra patria. Ese gobierno fue el del kirchnerismo, bajo la conducción de Néstor y Cristina.  Por eso hoy Ella es la indiscutible líder de una valiosa vanguardia que quedándose a su lado demostró que es confiable.
 Queda en nosotros restablecerlo o no. No va a ser fácil, pero vale la pena luchar para lograrlo. No hacerlo es rendirse a esta realidad que, indefectiblemente, cada día será peor, pues conocemos la receta de lo que se está cocinando.

Hasta la Victoria Siempre!


 Francisco Klanchar.