miércoles, 30 de noviembre de 2016

LA ESQUINA DE LA VIDA, LA TIERRA Y EL MAR
La costumbre nos dice que hay un tiempo de vida y cuando estamos llegando a su limite, empezamos a ver con otra intensidad, que tal vez sea por la gran carga que traemos.
En mi caso, bien cargado por tantas emociones sentidas, percibo que la muerte espera en cada esquina y viene acompañada de la duda de si viene apurada o trae un pre anuncio que hará doler. Doler para cobrarte alguna deuda que no habíamos registrado, eso porque el olvido siempre tiene su castigo y éste siempre conlleva su verdugo.
También presiento que que en cada esquina hay un respiro de alivio por no haberla encontrado o por haberla olvidado.
También siento que soy uno de los ignorados por ella y por mi propia preocupación.
Ante la certeza de que ella está al final del camino, es decir en la última esquina que será la última que yo vea, pues hay tantas pero las que valen son las que uno conoce o aspira conocer.
Así las cosas, es necesario que diga lo que siento de esta vida terrenal, material, espiritual, psicológica y, en resumen, almatica.
De allí, creo que viví en un mundo complejo y lleno de dificultades que, en la mayoría de los casos me dejaron insatisfecho porque siempre estuve en la vereda de enfrente de los que parecían los dueños del bienestar, o que tal vez eran los dueños del bienestar.
Eso a pesar del discurso cristiano que dice que el paraíso esta en el cielo y que a él llegan los que obedecen a los que están en la vereda de los que mandan.
Mas a mi pesar, o tal vez al pesar de los pesares, no siento consuelo ver que los sufrientes de hoy en esta mundo terrenal pueden ser engañados por la promesa cristiana, ya que ella, acá, no se ha ganado la credibilidad que nos de confianza para morir en paz.
Paradójicamente, hablamos del mundo terrenal y olvidamos que el planeta está más lleno de mar que de tierra y que es posible que nuestro próximo escenario, ya que está más cerca, sea en las frías o las cálidas aguas de tantos mares que nos rodean y que allí en una nueva vida invisible a nuestros ojos actuales encontremos ese mundo que en esta vida vivimos reclamando y así encontremos el premio por haber resistido a la perversa organización del mundo terráqueo.
Por eso y sólo por eso debemos seguir rebelándonos ante tanta injusticia de esta vida terrenal.
Francisco Klanchar


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