INCERTIDUMBRES
La vida mientras se vive alberga todos los
sentimientos en tanto haya una conciencia que haya ido creciendo con el
desarrollo de lo cotidiano tomando de ello lo que verdaderamente alimenta. Lo que alimenta al ser en su totalidad.
Por ello la existencia visible de un ser humano
puede ser una nube gris, una tragedia impiadosa
o un calido y brillante cielo para navegar infinitamente en él.
Así adquirimos un estado, un contenido, un
fuego o un duro metal impenetrable.
Así
somos la carne tibia que acaricia y enciende llamas con diverso destino
Así nos ven los que tienen capacidades
diseñadas para percibirnos y aprovechan para tomar lo que necesitan y, tal vez,
con ello sobrevivir.
Así escapan los que temen nuestro ímpetu que ven
como calcinante y no arriesgan derramar el agua que lo apacigüe haciéndolo
llevadero para convivir el uno con el otro.
Así, a veces, nos convertimos en el frío e
impenetrable metal que ningún alma buena y sensible podrá tolerar, dejándonos
en el espantoso estado de lo indeseable.
Así es como muchos vamos directo al precipicio
de la tragedia por no haber puesto la cuota necesaria para la convivencia entre
humanos.
Claro, esto es para los más y los menos, nunca
para los del medio, pues los más avanzan y los menos retroceden, en tanto que
los del medio se quedan quietos abandonados a la suerte de los vientos.
Mas a pesar de tantas complejidades bañadas en
lagos de sangre, ríos de frescuras e infiernos de dolores, todo vestido con nombres de
circunstancias a los que llaman amores, desengaños, felicidades, angustias,
incertidumbres y pacientes esperas para llegar a lo que creemos que es mejor,
sin saber lo que es mejor.
Todo una simple vista desde un ínfimo lugar de esta
vida terrenal, dicho desde un momento al que uno ha llegado por el cúmulo de
hechos y circunstancias queridas y no queridas, comprimidas en la capacidad del
recuerdo de lo consciente e inconciente.
Así vamos camino a completar lo que tal vez sea
un ciclo en este mundo visible, con la incertidumbre de si esto es todo o
tendremos que seguir en otra dimensión.
Francisco Klanchar
10.07.17
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