lunes, 28 de agosto de 2017



QUIEN TIENE RAZÓN?
Veo que hay seguidores de cambiemos que “se preguntan”: cómo puede ser que esa gente no se de cuenta que el kirchnerismo los engaña? Ja. Si se tratara de un debate con gente verdaderamente pensante y honesta podríamos decir: es una hipótesis, allí se contrapone la tesis que diría lo mismo de ellos, y, lógicamente, tendría que surgir la síntesis. Pero no, no puede haber esta dialéctica porque los que sostienen esa tesis no exponen un producto de su pensamiento, es simplemente una ligereza, una repetición de los medios que le han destruido su capacidad de construir un pensamiento propio. En tanto que del bando kirchnerista la respuesta o la critica es producto de su realidad. El kirchnerista no es un producto de los medios, es un producto de la realidad de su vida real, de los que ven que los ven. De los que, por fin han sido reconocidos socialmente. Es decir, de los que han sido incluidos a la sociedad, esa sociedad que puede acceder a lo elemental: La alimentación, la salud, la educación y algo de recreación. Asimismo, da mucha pena que aquellos que recibieron todo eso y que nunca lo habían recibido, no lo adviertan.
A veces pienso y me digo “qué estúpido que soy no vi  la realidad, no advertí que me estaban engañando”, pero, por lo general, ya era tarde. Dicen que la justicia cuando llega tarde no es justicia. En estos casos, cuando uno advierte tarde que fue engañado, simplemente fue engañado. Lo triste es que uno es parte de un tejido social y nuestro engaño se suma a tantos incautos, suma y suma en perjuicio de toda la sociedad. Lo que es peor es que hace daño a la sociedad pobre, la sociedad que vive condicionada por  los poderosos.
Quienes son los poderosos?  Son los que no se dejaron engañar y aprovecharon y aprendieron las reglas y el procedimiento de los que los querían engañar, al mismo tiempo que no tenían ningún tipo de escrúpulos y se dijeron “vamos ha hacer lo mismo que ellos”. Así se sumaron al reducido círculo de los poderosos. Pero, queridos humanos, para eso es necesario matar la conciencia, si es que ésta fue formada por buenos humanos.
 De allí, es fácil imaginar que los hijos de los que ya no tienen conciencia nunca podrán tener una conciencia como esa que se predica, especialmente desde la iglesia.
El que ha sufrido el dolor de estar abajo, oprimido por el poderoso y no se ha entregado, no se ha resignado y se ha rebelado, sufre cuando se siente impotente, pero cuando no se deprime y sigue, adquiere una fuerza por encima del estándar  que  han impuesto y está dispuesto a morir por sus convicciones. Talvez, si es que ha resultado vencido, sufra y se pregunte como Jesús, exclamando “señor porqué me has abandonado”. Pero el dolor es parte de la vida y si se lo sufre por un ideal nacido de la lucha contra la injusticia, talvez en el más allá sea un bálsamo de paz.
La muerte vendrá de todos modos, pero si ella viene, en su momento, a llevarnos de un mundo cruel y nosotros hemos luchado para que no sea tan cruel, es razonable esperar que haya un premio en el otro mundo.
Francisco Klanchar.

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